Antonio Machado Ruiz Nacio en Sevilla el 26 de julio de 1875, fue un poeta español, el más joven representante de la Generacion del 28. Fue uno de los distinguidos alumnos de la ILE, con cuyos idearios estuvo siempre comprometido. Fue estudiante en madrid.
En 1895, Antonio Machado aún no había acabado el bachiller. Al año siguiente, dos días antes de su 21 cumpleaños, murió su abuelo, el luchador krausista, íntimo amigo de Giner y eminente zoólogo Antonio Machado Nuñez. A la pérdida familiar se unió el descalabro económico de una familia de la que Juan Ramón Jimenez dejaría este cruel retrato en su libro El modernismo. Notas de un curso: "...Abuela queda viuda y regala casa. Madre inútil. Todos viven pequeña renta abuela. Casa desmantelada. Familia empeña muebles. No trabajan ya hombres. Casa de la picaresca. Venta de libros viejos".
En junio de 1899, Antonio Machado viajó a París, donde ya le esperaba su hermano Mnuel. En la capital francesa trabajaron para la Rditoria Garnier, se relacionaron con Enrique Gomez Carrillo y Pio Baroja, descubrieron a Paul Varlaine y tuvieron oportunidad de conocer a Oscar Wilder y Jean Morea. Antonio regresó a Madrid en octubre de ese mismo año, incrementando su trato con el "estado mayor" del modernismo, un activo Francisco Villaespesa, un itinerante Ruben Dario y un joven de Moguer, Juan Ramon Jimenez.En 1907 publicó en Madrid, con el librero y editor Gregorio Pueyo, su segundo libro de poemas, Soledades. Galerías.
Casi desde los primeros días de la guerra, Madrid, ya convulsionada desde los últimos estertores del Bienio, se convirtió en un campo abonado para las privaciones y la muerte. La Alianza de Intelectuales decidió, entre otras muchas medidas de emergencia, evacuar a zonas más seguras a una serie de escritores y artistas, Machado entre ellos (por su edad avanzada y por su significación). La oferta, un día de noviembre de 1936, la presentan en el domicilio del poeta, otros dos ilustres colegas: Rafael Aberti y Leon Felipe. Machado, "concentrado y triste" –según evocaría luego Alberti– se resistía a marchar. Fue necesaria una segunda visita con mayor insistencia y a condición de que sus hermanos Joaquín y José, con sus familias, le acompañasen junto con su madre
Poema
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".
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