lunes, 13 de abril de 2015

Ana Frank


Ana Frank es una niña judía que, durante le Segunda Guerra Mundial, tiene que esconderse para escapar a la persecución de los nazis. Junto con otras siete personas permanece escondida en la «casa de atrás» del edificio situado en el canal Prinsengracht n° 263, en Ámsterdam. Después de más de dos años de haber estado ocultos, los escondidos son descubiertos y deportados a campos de concentración. De los ocho escondidos, solo el padre de Ana, Otto Frank, sobrevive a la guerra. Después de su muerte, Ana se hace mundialmente famosa gracias al diario que escribió durante el tiempo en que estuvo escondida.
Joven de origen judío que dejó testimonio en un famoso diario de los dos años que vivió oculta con su familia para escapar al exterminio nazi. Hija de una familia germana de origen judío, se trasladó con los suyos a los Países Bajos con la llegada de Hitler al poder en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, después de la invasión alemana de Holanda en 1940 y de padecer las primeras consecuencias de las leyes antisemitas, Ana y su familia consiguieron escondrijo en unas habitaciones traseras, abandonadas y aisladas, de un edificio de oficinas de Ámsterdam, donde permanecieron ocultos desde 1942 hasta 1944, cuando fueron descubiertos por la Gestapo.
Ana llevó un diario de ese período de reclusión, que su padre, único superviviente de la familia, dio a conocer acabada la guerra, después de que Ana y el resto de la familia hubieran sido detenidos y confinados en un campo de exterminio, en donde murieron. El Diario constituye un conmovedor testimonio de ese tiempo de terror y persecuciones. Albert Hackett y Frances Goodrich lo adaptaron al teatro, y George Stevens lo llevó al cine en 1959.



lunes, 6 de abril de 2015

“El Crimen fue en Granada”


 1. El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

   2. El poeta y la muerte
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

          3.
Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

John Maynard Keynes


Economista inglés. Recibió una educación de elite en Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall. Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King's College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su muerte. Fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario.
Todos sus escritos económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como fruto de su trabajo en la Administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913).


El prestigio alcanzado por Keynes fue tal que el rey Jorge VI le nombró barón en 1942, ingresando en la Cámara de los Lores. Al final de su vida ejerció una influencia directa sobre la política económica de su país como director del Banco de Inglaterra y asesor del ministro del Tesoro. En 1944 presidió la delegación británica en la Conferencia de Bretton Woods, donde contribuyó a dar forma al Fondo Monetario Internacional.